A través de los tatuajes, las personas narran fragmentos de su historia que quizá no se puedan plasmar en papel o de forma oral. Y si bien, este tipo de expresión es segura si se realiza por manos expertas y en las instalaciones adecuadas. Hay modas que le rodean y ponen en riesgo la vida y la salud de quien se lo lleva a cabo; ejemplo: tatuarse los ojos.
¿Cómo se hace un tatuaje ocular?
El tatuador inyecta tinta justo por debajo de la superficie de la conjuntiva, de forma que ésta colorea la esclera (la parte blanca del ojo). Si la aguja no queda en el sitio adecuado, la tintura puede entrar al interior del ojo y llegar a la retina y al tejido circundante del ojo”, describe la American Academy of Ophthalmology.
Como lo acabas de leer es una práctica arriesgada, pero, ¿qué peligros puede atraer?
Visión disminuida o ceguera total
Desprendimiento de retina
Infección producida por la inyección de la tinta
Constante inflamación del ojo
Sensibilidad a la luz
Sensación permanente de cuerpos extraños en el ojo
Pérdida total del ojo
Si bien el tatuaje de ojo está permitido en diversos lugares del mundo, no es recomendable por los riesgos que le rodean. Aunque, si lo que buscas es cambiar la apariencia de tus ojos, lo más recomendable es que acudas con un oftalmólogo.
Otra opción es utilizar lentes de contacto con efecto.