La duración ideal de una siesta puede variar dependiendo de la persona y de su ciclo de sueño. Sin embargo, se recomienda que una siesta idealmente dure entre 20 y 30 minutos.
Una siesta corta de este tiempo puede ayudar a mejorar la alerta mental, la concentración y el estado de ánimo. Si se duerme por períodos más largos, es posible que la persona se sienta somnolienta o desorientada al despertar, ya que puede interrumpir un ciclo de sueño más profundo y restaurador.
Es importante recordar que la siesta no debe interferir con el sueño nocturno regular y que cada persona puede tener diferentes necesidades de sueño según su edad, estilo de vida y estado de salud.