No hay un tiempo promedio establecido para dar el salto de emprendedor a empresario una vez que un negocio ha logrado sostenerse en el mercado y desafiado las cifras que indican que, en México, el 75% de los emprendimientos fracasa al cabo de dos años, según el Instituto del Fracaso.
La ruta para que un emprendedor llegue a ser un empresario es a veces más larga para algunos que para otros. Hay empresas que tienen siete años de experiencia y siguen siendo pequeñas, pero hay otras que en menos de dos años crecen para ser empresas más grandes.
De acuerdo con los expertos, para llevar un emprendimiento a otro nivel, al menos se debe pasar por los siguientes pasos.
Primer paso: Aprender a trabajar en equipo y a delegar.
Convertirse en empresario requiere adquirir nuevas habilidades tanto profesionales como personales. Una vez que la empresa está funcionando, el emprendedor debe convertirse en el director de su compañía y hacerse experto en esta tarea, lo cual conlleva el hecho de aprender a delegar.
Formar el equipo adecuado es fundamental. Cuando se contrate a un colaborador, se debe elegir a la persona más capacitada para el puesto, cuyas habilidades harán crecer el emprendimiento y tomarlo como una inversión y no como un gasto. Pues, mientras que el emprendedor se rodea de gente que conoce mucho sobre el negocio; el empresario se reúne con gente que puede complementarlo.
Así mismo, en esta etapa, los inversionistas, los mentores y las aceleradoras son diferentes jugadores que ayudan al emprendedor en su camino. Esa red de asesoría permite aterrizar todas las ideas para ejecutarlas con base en la experiencia que cada uno tiene.
Segundo paso: Ampliar la visión del negocio.
Una vez superado el paso anterior, el emprendedor ya no tiene que preocuparse por pensar en la contratación del internet, en el equipamiento de la oficina o en la selección del personal, pues son actividades que ya no lleva a cabo él sino sus colaboradores. El futuro empresario – que ya sabe delegar– debe preocuparse por tener más control de los resultados de su equipo.
La condición para crecer es que el emprendedor conozca muy bien su negocio y sepa comunicarlo de manera clara para venderlo a alguien más. En este paso debe entender a qué metas quiere llegar y de esta manera planear las acciones concretas que llevarán a alcanzarlas.
En este punto, el emprendedor se vuelve más estratégico que operativo y se preocupa por agregar valor a su compañía más que por solucionar los problemas del día a día y, así, anticiparse a los que pudieran surgir.
El emprendedor tiene una visión más a corto plazo, mientras que un empresario puede hacer proyecciones de cinco a diez años. No obstante, hay que considerar que no todo aquel que emprende un negocio sueña con ser empresario. Hay emprendedores que nunca dan el salto porque ellos así lo deciden. Todo depende del objetivo que se persiga.