Mientras que en los continentes americano y africano los contagios por coronavirus se disparan, en muchos países europeos y asiáticos parece que ya ha pasado lo peor y se van relajando las restricciones. Es lo que ha ocurrido en Tailandia, donde este 1 de julio los estudiantes han vuelto a las aulas.
Pese a que el impacto de la pandemia en el país ha sido reducido (algo más de 3.000 casos y 58 muertes por COVID-19), la prudencia se impone y las primeras medidas para evitar nuevos contagios van tomando forma. Una de las más llamativas ha sido la de la escuela Sam Khok en Pathum Thani que ha recurrido a unas viejas urnas para garantizar la distancia social.
Cada uno de los alumnos tiene en su pupitre uno de estos cubículos que les mantienen aislados del resto. Además, todos ellos van provistos de mascarillas y cascos para evitar la propagación del virus.