Brooke Atkins, una ama de casa de 33 años de Queensland, Australia, se ha defendido de las críticas en redes sociales por eliminar una gran mancha de nacimiento que su bebé tenía en el rostro. Kingsley, de 6 meses, nació con una mancha en la mitad de su cara conocida como «vino de Oporto», un tipo de malformación vascular que afecta al 0,3% de la población y que puede generar problemas de salud graves, como glaucoma y síndrome de Sturge-Weber, que pueden llevar a convulsiones, discapacidades motoras y ceguera.
Después de que a Kingsley le diagnosticaran ambas condiciones, Brooke y su esposo decidieron someterlo a sesiones de láser para frenar su avance, aunque esto es doloroso para el bebé. Brooke explica que las manchas de vino de Oporto son progresivas y pueden oscurecerse con el tiempo, desarrollar protuberancias elevadas, crestas y el riesgo de ampollas vasculares, lo que puede ser peligroso. El propósito de los tratamientos no es «eliminar» la marca de nacimiento, sino mantener la piel saludable para evitar más daños en el área.
A pesar de esto, Brooke recibió muchas críticas en las redes sociales, acusándola de hacerlo solo por razones estéticas y llamándola «monstruo». Brooke se sintió culpable y cuestionó su decisión después de leer los comentarios negativos, pero se sintió reconfortada por los cientos de comentarios positivos que recibió. Aunque constantemente se preocupa por el futuro de su hijo, Kingsley sigue alcanzando todos sus hitos y Brooke está decidida a seguir adelante.
