En una decisión histórica, un tribunal de La Haya ha ordenado a Jonathan M., un donante de esperma que admite ser padre de al menos 550 hijos biológicos, detener su práctica para proteger a los niños de las «consecuencias psicosociales negativas». 🔒🧒❌
El caso fue denunciado por una madre y la fundación Donorkind, quienes argumentaron que la acción de Jonathan M. ponía en riesgo innecesario a sus hijos. El tribunal consideró que los intereses de los niños y sus padres superan el derecho del donante a continuar donando esperma a nuevos futuros padres. 👨👧👦🛑🤝
Jonathan M. eludió las normas al donar esperma a través de plataformas en línea y redes sociales, tanto en Países Bajos como en otros países, ya que las clínicas no comparten información entre sí. Esto generó preocupaciones sobre el riesgo de endogamia e incesto, así como problemas de identidad para los hijos nacidos de estas donaciones. 🔄🌐🔍
En su defensa, Jonathan M. argumentó su derecho a decidir libremente sobre la donación de esperma y afirmó que su objetivo era ayudar a los futuros padres, negando que perjudicara a los niños y a los padres. Sin embargo, el tribunal determinó que había desinformado intencionalmente a los padres sobre la cantidad de hijos que ya tenía y su intención de engendrar más. 💔🤐🧪
El juez consideró que las consecuencias psicosociales negativas para los niños podrían ser significativas, incluyendo dificultades para establecer relaciones con tantos medios hermanos biológicos, problemas de identidad y el riesgo de incesto. Por lo tanto, es crucial evitar que esta red de parentesco se expanda aún más. 👥🤝❗
Este caso ha puesto de relieve el problema en Países Bajos, donde se han identificado a varios médicos que utilizaron su esperma sin el conocimiento de las mujeres en clínicas de fertilidad, engendrando a numerosos hijos. Este fallo sienta un precedente importante para abordar estas prácticas y proteger los derechos y el bienestar de los niños. 🏥🚫👶🛡️